Ir al contenido principal

Ya nadie escribe cartas de amor

Ya nadie escribe cartas de amor. Pienso al sacar el sobre del buzón. 
Se ha perdido el gusto por las cosas hechas con esmero y cariño. El tiempo dedicado a una buena caligrafía o elegir la palabra correcta. Queremos inmediatez. Deslizamos el dedo entre fotos de vidas desconocidas. Los ojos muy juntos, parece tonta. Siguiente. Los ojos muy separados, parece un insecto. Siguiente. Siguiente. Siguiente. Egocentrismo oculto bajo la alfombra de una vida ficticia. Escaparates de miserias ocultas. Match: cena, sexo, siguiente miseria.

Ya nadie escribe cartas de amor. Sólo mensajes mutilados por autocorrectores insensibles. Doble visto azul. Escribiendo… Escribiendo… Escribiendo… Sufrir en silencio la espera por una respuesta. Escribiendo… Bueno, quizás algunas cosas sí continúan igual.

Pero ya nadie escribe cartas de amor. Y sin embargo este sobre lleva impreso un bonito corazón rojo. ¿Erró el cartero en su cometido? No, lleva mi nombre. ¿Quién eres amante oculto? No hay remitente. Repaso de memoria a mis conocidos y ninguno podría ser.


Ya nadie escribe cartas de amor. Y tú llevas varias semanas desconcertándome el corazón, observándome desde el estante. Es extraño este amor de Schröedinger. ¿Qué contienes? ¿Llama de amor viva como decía el poeta o una ilusión finada? Eres a la vez las dos cosas y ninguna.

Ya nadie escribe cartas de amor. No puedo dejarte abandonada en el estante. Te llevo cerca del corazón. Cada día sales conmigo. Observo rostro tras rostro esperando averiguar quién te envió. Una mirada que me diga ¿me leíste? Pero nunca la encuentro. Te amo, aún sin haberte leído, ni descubierto el secreto que guardas.

Ya nadie escribe cartas de amor. Esta ficción me consume. Necesito saber. Esta es mi propia miseria ¿Te amo a ti o a la idea de lo que podría ser? El abrecartas actúa rápido, limpio, indoloro. Voy hasta lo más hondo de tus entrañas para conocerte. Mi corazón bate sentimientos y tú los pateas: «Dile que le quieres por sólo 29,99 al mes. Promoción válida hasta San Valentín. Moviphone».

Ya nadie escribe cartas de amor.


FIN



¡Pequeño roedor que has leído hasta el final! 
Las ratas agradecen tu hazaña y brindan en tu honor.
Mientras una toca una pequeña ocarina, otra baila animada, y una tercera te recuerda:
Síguenos, comparte y no olvides que también estamos por Facebook e Instagram

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Esa mano ajena

Toni Lobo o sorpresas de comprar barato

Pequeña musa