Ir al contenido principal

Microrrelato - Zapatos de plomo

Tras muchos años de pruebas y estudios los científicos habían llegado al consenso de que por alguna razón no le afectaba la gravedad. 

En el día de su trigésimo cuarto cumpleaños la policía solo encontró un par de pesados zapatos de plomo desabrochados en el parque. 

Igor solo quería volver a casa.


FIN



¡Pequeño roedor que has leído hasta el final! 
Las ratas agradecen tu hazaña y brindan en tu honor.
Mientras una toca una pequeña ocarina, otra baila animada, y una tercera te recuerda:
Síguenos, comparte y no olvides que también estamos por Facebook e Instagram


Comentarios

Entradas populares de este blog

Esa mano ajena

Toni Lobo o sorpresas de comprar barato

Ya nadie escribe cartas de amor

Pequeña musa