Chills se sorprendió al ver que en la base quedaba alguien más con vida después que todo saltara por los aires. Pero necesitaba ser prudente. Ese loco había quemado el pajar entero para buscar una aguja. No sabía si podía confiar en él, en aquel lugar ya no se podía confiar en nadie. Necesitaba un poco de tiempo para saber si era un humano o un impostor. No podía precipitarse. No con MacReady. En los últimos días había demostrado ser astuto y peligroso. Aunque ahora debía estar confundido.
* * *
¿Eres Chills de verdad? ¿Qué importa ahora? Ambos sabemos que se acabó. Yo solo quería sentarme y esperar la muerte con esta botella de whisky. Dormir un poco y dejarme llevar tras vivir toda esta locura. Pero has aparecido en medio de esta tormenta, rodeado de preguntas. Llevamos muchos días jugando este extraño juego de escondites. Ahora solo quedamos dos. Y yo sé que soy humano. Me quedan algunas balas, podría pegarte un tiro y ahorrarte morir de hipotermia. Pero… si te disparo… te levantarás. ¿Verdad? Aunque sea en la cabeza. Te levantarás. Porque esa no es tu verdadera cabeza. Mírate, ambos sabemos lo que es cada uno. Pero no sabemos lo que es el otro. ¿Tienes tú algún modo de saberlo? Podrías hacerme arder, solo necesitas tirar del gatillo de ese lanzallamas para abrasarme. Pero no es lo que quieres. Necesitas otro escondite. ¿Por qué no actúas ya? Estoy solo y volarme la cabeza es mi única defensa. Pero no serviría de nada, acabaría siendo un nuevo disfraz. No sé porque sigo preguntándome si eres tú. Veo a través de tu embuste. Cuando hablas… no veo tu aliento en mitad de la noche antártica. Eres un impostor. Estoy seguro. Casi seguro. Pero da igual. Estoy cansado. Solo quiero esperar. Y dormir un poco.
* * *
Chills notó como el frío empezaba a adormecer a MacReady. Podría quemarlo vivo y terminar toda aquella incertidumbre en ese mismo momento. Pero, ¿Y si llevaba uno de esos cartuchos de dinamita? Arderían en pedazos los dos. No podía precipitarse ahora, no tan cerca del final. Debía mantener la calma. Lo ha dicho MacReady, «Vamos a esperar, a ver qué ocurre». Lo cierto es que no hacía falta nada más que esperar. Esperar unos días. Unas semanas. Esperar en un frío sueño de letargo y despertar cuando el equipo de rescate los lleve a otro lugar. Posible para él, pero no para MacReady. Porque MacReady solo era humano. Ahora estaba seguro.
FIN
~ Basado en la escena final de la película "The Thing" de John Carpenter (1982).
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